miércoles, 17 de febrero de 2016

LA SONRISA PERFECTA

                                               
                                    
   Si los ojos son el espejo del alma, la sonrisa es el reflejo de la salud; raro es el enfermo al que no le cueste sonreir contínuamente y raro es que la persona que sonríe no se encuentre bien en todos los aspectos.

 Podremos tenes los dientes más blancos o menos por naturaleza, una mayor tendencia a las caries, los dientes sensibles o las encías sangrantes; pero con un cuidado bucodental adecuado conseguiremos que estas inclinaciones de nuestra boca no se convierta en una patología grave.

 A continuación os dejo unos consejos para comenzar a cuidar tus dientes y conseguir una sonrisa perfecta:

  1. Higiene adecuada. Cepillarse tres veces al día, después de cada comida. El cepillo debe tener la dureza específica para arrastrar la placa pero sin irritar las encías. Si tienes alguna situación dental especial como ortodoncia o implantes debes usar un cepillo adecuado para ello.Y no olvides cambiarlo cada 3 meses.
  2. Lengua y paladar. La lengua es la parte más rugosa de la boca; entre las papilas se esconden millones de restos de comida y bacterias responsables del mal aliento. Para estimular el riego sanguíneo de las encías es recomendable masajearlas circularmente.
  3. El colutorio adecuado. Al igual que el cepillo, hay colutorios especiales indicados para cada situación bucal. Pregunta a tu farmacéutic@ sobre ellos pero si no tienes ningún problema un colutorio antiséptico, antiplaca y remineralizante es adecuado para un uso diario.
  4. La seda específica. Si hay cepillos y colutorios adaptados a cada necesidad ¡no van a ser menos las sedas dentales! Normalmente hay 3 tipos: Sedas, Cintas o Hilos que se diferencian entre sí en la trama de sus filamentos. Por otra parte, pueden estar cubiertos de cera o no. En definitiva, lo que las diferencia en su facilidad para penetrar entre los huecos más estrechos, respetar las encías delicadas o la capacidad para rellenar los huecos más grandes y su capacidad para barrer la placa bacteriana.
  5. No te olvides de los interdentales. Son los grandes desconocidos, sin embargo su uso se remonta al principio de los tiempos con los mondadientes. Existen tantos interdentales como huecos entre los dientes podamos encontrar. Lo que tenemos que tener siempre en cuenta es que no debemos forzarlos ni sangrar al utilizarlos.
  6. Cuidado con lo que bebemos. Las bebidas carbonatadas y zumos ácidos descalcifican el esmalte y provocan un desgaste que puede provocar sensibilidad. En cambio, el té, el café o el vino pueden teñirlos.
  7. Evita cambios bruscos de temperatura en los alimentos. Provoca hipersensibilidad dental e incluso inflamaciones en las encías.
  8. Reduce el consumo de azúcar. Es la fuente de alimentación de las bacterias responsables de las caries, por el contrario, aumenta la ingesta de proteinas, calcio, fósforo, vitamina A, C, D y K.
  9. Mantén tus dientes blancos. Gracias a la alimentación; vegetales, manzanas, queso, yogur, uva o limón son buenos blanqueantes.
  10. No fumar. El fumar es malo para todo menos para dar trabajo a las tabacaleras. En este caso disminuye la oxigenación de los tejidos que rodean al diente impidiendo una buena vascularización del mismo, por lo que los nutrientes no llegan en las cantidades adecuadas.


 

 A parte de todo lo detallado, no olvides la revisión anual, el dentista detectará los problemas a tiempo y podremos ponerles remedio; de esta manera ahorramos en costes y molestias.
 La sonrisa es el reflejo de la salud porque una boca saludable permite alimentarnos adecuadamente, masticar bien los alimentos para absorber completamete sus nutrientes y así mantener el bienestar que nuestro cuerpo necesita.

 No olvides lo que nos decían nuestros padres: los dientes son un regalo para toda la vida. 



   

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