No hace falta tener hijos para saber que Septiembre va unido a los corticoles, listas interminables de material escolar, horas extra de trabajos manuales etiquetando libros, forrándolos, y poniendo a punto el regreso a las aulas.
Por su parte, los niños pasan de la tristeza y desgana de los días previos a la euforia y alegría del primer día de cole. Se esmeran en que la letra de esa primera página del cuarderno sea la mejor, evitan manchar sus hojas y nada más llegar a casa se disponen a realizar sus tareas aunque en clase solo hayan visto una película o pasado el día jugando con sus compañeros.VUELTA A LA RUTINA
A nuestros hijos se les viene encima un mes difícil de adaptación, de normas y horarios. Hace tres meses que no conocen un despertador y la rutina de los cuadernillos de verano se ha quedado en el intento. Es normal que al principio sea costoso y les lleve su tiempo concentrarse y atender como lo hacían en Junio, se distraen fácilmente y no atienden a quien les habla.
De hecho, este proceso es más acusado en los niños pre-escolares, pero cuando pasan de los 6 años de edad suele ser un motivo de preocupación para los padres.
SER HIPERACTIVO ESTÁ DE MODA
Se habla mucho de problemas de comportamiento, déficit de atención, hiperactividad...pero llamar a cualquier niño movido "HIPERACTIVO" es un error muy grave. En un bajo porcentaje (aunque cada vez es más elevado) realmente existe detrás de ciertos comportamientos un trastono neurobiológico que debe ser tratado por especialistas médicos. Son casos escepcionales, se trata de una enfermedad muy compleja que no debe tomarse a la ligera y como tal tiene un tratamiento farmacológico y un seguimiento médico especializado.
Pero en la mayoría de los casos, que un niño no atienda y sea inquieto no es sinónimo de déficit de atención, sino que detrás hay un problema de adaptación a las normas, desgana y apatía por las tareas que le resulten costosas, evasión de responsabilidades, bajo rendimiento,etc... Estos casos sí se tratan con pautas educacionales de conductas psicológicas y nutricionales tanto para los padres como para los niños.
LA ALIMENTACIÓN COMO BASE DEL TRATAMIENTO
El cerebro en la edad infantil y adolescente está en contínuo desarrollo y desde 1950 los estudios han demostrado que en esta etapa es vital el aporte de los ácidos grasos Omega-3.
Los ácidos grasos Omega-3 son ácidos grasos esenciales poliinsaturados (son esenciales porque el organismo humano no es capaz de sintetizarlo). Los principales representantes de este grupo son el EPA y el DHA.
Estos componente se encuentran de forma natural formando parte de los alimentos de origen marino. Concretamente las fuente más ricas en DHA y EPA son los aceites de pescado y el pescado azul (sardinas, anchoas, atún...)De hecho, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recomienda el consumo mínimo semanal de 1-2 raciones de pescado azul ; o 250mg de EPA+DHA al día.
Estas cifras se deben incrementar en niños con problemas de atención y conducta. Pues se conoce que en ellos los niveles de DHA en sangre son menores que en el resto.
Omegafort; el omega-3 de confianza
La realidad es que a los niños no les gusta el pescado, suele ser un alimento difícil de comer por sus espinas y en cuanto empiezan a comer solos les cuesta más trabajo. Para ellos y para que no dejemos de darle a nuestros hijos las cantidades de Omega-3 que necesitan están los complementos alimenticios.
Laboratorios Ferrer tiene una amplia gama de Omega-3 diferenciados en patologías; Omegafort es el producto con más concentración de DHA o EPA del mercado y el hecho de que tengas un tipo diferente en función de los que quieras tratar me parece un valor añadido.
El Omegafort más indicado en estos casos es el Omegafort Concentración.Con una alta concentración en DHA frente a otros tipos de omega-3 tiene una acción más específica sobre la neurotransmisión pues son los constituyentes de los fosfolípidos de las membranas celulares. Para que me entendáis, los omega-3 es el material con el que se construye la tubería por la que viaja la información. Si la tubería tiene huecos, la información no llega bien hasta el final, se va quedando por el camino y se traduce en falta de atención, dificultad para mantener la concentración, etc...Además contiene vitaminas del grupo B, fosfatidilserina y vitamina E que contribuyen a un buen desarrollo congnitivo y neuronal.
FUENTES
PLOS. org Journal
NCBI "el papel de los ácidos grasos esenciales en el desarrollo"
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